miércoles, 15 de enero de 2014

A.L.


    "La realidad es distinta dependiendo de con qué lente mires" Erich Fromm (1900-1980)

Puede que tras este desahogo escrito no llegue a nada concreto, y solo redunde en palabras rimbombantes que concluyan en eruditas y satisfactorias afirmaciones. También es posible que los argumentos empleados en sostener mi tesis sean inapropiados y la forma de hilarlos inconexa. O puede que al ver el título y la foto nadie lo lea porque el hiperrealismo suena tedioso, exigiendo mucha paciencia y minuciosidad.

Lo que vengo a transmitir es que la realidad no es "la", sino "una". No es única, ni objetiva ni absoluta. Pero la gente no alcanza a entenderlo. Ni siquiera a planteárselo. Para todos la realidad es lo que tenemos delante, lo que pensamos de verdad, lo que sentimos mas pura y auténticamente. Diciéndolo de un modo filosófico y técnico, es "lo real" de nuestra percepción sensorial.

Soy de la opinión de que vivimos en el mismo mundo, pero no somos la misma persona. Cada uno tiene delante lo que alcanza a ver, siente los sentimientos con los que se ha tropezado y piensa con sus adentros y con las ideas que le llueven. De esta manera, cada uno vive en su realidad, que irremediablemente influye en la realidad del de enfrente.

Sin embargo, nuestra sociedad funciona como si solo hubiese una, común a todas las personas. Una realidad en la que no hay empleo, suben los impuestos y se acalla al pueblo. En la que la la apariencia es el cimiento mas grande de la personalidad. En la que conocemos el precio de todo y el valor de nada. Por desgracia todo esto es cierto, pero no es la realidad. Es una. Hay otra en la que una anciana llora de emoción al reencontrarse con su hijo en una manifestación, Susan Boyle triunfa como artista y millonarios altruistas aportan su granito.


El marco que encuadra la existencia a veces es tan determinante como el retrato que contiene.



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